“Primero, fue necesario civilizar al hombre en su relación con el hombre. Ahora, es necesario civilizar al hombre en su relación con la naturaleza y los animales”
Victor Hugo (1802-1885)
y entonces…¿cuánto más hay que esperar para empezar?
México.más.verde
“Primero, fue necesario civilizar al hombre en su relación con el hombre. Ahora, es necesario civilizar al hombre en su relación con la naturaleza y los animales”
Victor Hugo (1802-1885)
y entonces…¿cuánto más hay que esperar para empezar?
Ya es más que conocido que el papel se obtiene de los árboles. Entre más demanda de papel hay, más árboles se necesitan. En otras palabras: entre más papel necesitamos y gastamos, más árboles cortamos.
No tienes que ir al bosque y ponerte a talar para sentirte directamente responsable. Es un hecho. ¡Eres responsable!
Salvemos árboles por medio de las Tres R’s:
Reduce: ¡Usa menos!
¿En serio tienes que imprimir todo eso? ¿De verdad necesitas que te lleguen los estados de cuenta del banco a tu casa? No puedes revisar por Internet? ¿Para qué compras el periódico si hay en tu oficina?
Reutiliza: ¡Vuélvelo a usar!
El papel tiene dos lados. Muchas veces nos sobra espacio de un mismo lado. Agárrate una guillotina o las tijeras y corta.
Puedes tener un cajón de hojas de reúso, hacer libretas de hojas impresas nada más por un lado o libretitas para notas rápidas y recados con pedacería.
Usando cartón de cajas de cereal o galletas e incluso plástico de las cámaras de las llantas de portada, las llevas a cualquier papelería a engargolar y ¡listo!
Hay muchas cosas que puedes hacer con cartón, papel usado y periódico, desde hojas nuevas de colores y con texturas, hasta jarrones y obras de arte.
La otra opción (muy buena también) es llevar todo a un centro de acopio, mandarlo con tu hijo a la escuela si tienen programa de reciclaje o juntárselo al señor que pasa por tu casa recolectándolo.
Hoy en día oímos de la comida orgánica
por todos lados y en diferentes formas y presentaciones: leche, verduras, vinos, chocolate, frutas, azúcar, huevos, pollo, tabaco, café... en fin, la lista parece no terminar.
Esto es bueno... o ¿también malo?
Empecemos por definir lo que es un producto orgánico: generalizando y resumiendo, un producto orgánico es, en principio, aquél que durante su desarrollo (digamos, desde el momento en que fue “concebido” hasta que llegó a nuestro plato) no tuvo contacto ni fue sometido a ningún producto o tratamiento sintético o químico, ya sea de fertilizantes, insecticidas, fungicidas o herbicidas, conservadores, hormonas, antibióticos o colorantes.
Se añade que este producto es saludable para el ser humano que lo consume y que debió ser generado bajo un sistema respetuoso de la naturaleza y su equilibrio, sus ciclos y sus leyes, lo que significa que hay que intentar protegerla de contaminantes y la sobreexplotación, así como mantener las cosas sencillas y lo más naturales posibles (como antaño… por allí hasta la época de nuestros abuelos), lo que excluye de la lista a los alimentos transgénicos.
(Es importante recalcar que no todos las cosas que se añaden a los alimentos durante su producción o su procesamiento son sintéticos: por ejemplo, algunos colorantes o conservadores. Por esto hay que estar bien informados sobre lo que estamos comiendo.)
Y ¿cómo saber que de verdad son orgánicos?
Hay agencias u organizaciones que se dedican nada más a certificar a las empresas que dicen producir orgánico y el sello que las representa debe de aparecer en las
etiquetas del producto, por lo que debemos de revisarlas para garantizar que estamos comprando algo legítimo e incluso, si tenemos oportunidad, investigar la validez de tal o cual organización.
Las empresas que cuentan con estos sellos funcionan bajo estrictas políticas y reglamentos que de ser violados, pierden el derecho a vender sus productos en el mercado como orgánicos.
Lo único malo de los productos orgánicos, en mi opinión muy particular, es que nos recuerdan que no todos tenemos la posibilidad de comer “sano” al no consumir productos orgánicos, y que no todos producen cuidando el medio ambiente. ¿Qué esto no debería de ser un hecho?
En fin...
Un litro de aceite que se filtre al agua subterránea puede contaminar casi un millón de litros de agua.
Si cambias el aceite de tu carro, nunca lo tires por el drenaje o las alcantarillas, ni si quiera lo tires a la basura en contenedores sellados. Mejor busca un lugar donde se recicle o pregunta a las autoridades de qué forma o en dónde puedes disponer de él.
Si te cambian el aceite en un taller mecánico, puedes preguntar si lo reciclan y si no lo hacen, sugerir que lo hagan. ¡Hay empresas que te compran desechos industriales como éste!
Y si acaso te preguntas ¿quién soy yo para decirle al mecánico lo que debe o no hacer con sus desperdicios?, recuerda: a) es aceite de TU carro, b) muchas veces hacemos las cosas por ignorancia. Sin creerte superior y todo-conocedor, con toda la educación del mundo coméntale al mecánico las opciones viables y los beneficios que éstas pueden traerle a él y a nuestro planeta.
México es uno de los países con mayor número de tortugas marinas en el mundo, ya que de las ocho especies existentes, siete habitan en los mares mexicanos y además, nacen en sus playas.
Las siete especies están en peligro de extinción en mayor o menor grado debido a la alta demanda de su carne, su piel, sus huevos o sus caparazones, que son vendidos a muy alto costó en los mercados negros.
Las tortugas marinas son animales solitarios que pasan el 90% de su vida en mar abierto y a diferencia de otras especies, rara vez conviven entre sí. Estas son algunas razones que han hecho difícil poder estudiarlos y por lo mismo, se conoce muy poco sobre el desarrollo de su vida.
Algo que si se conoce sobre las tortugas es la sorprendente hazaña que realizan en primer lugar para migrar, después volviendo una y otra vez a la misma playa para anidar.
La lucha de la tortuga para sobrevivir empieza desde que sale del cascarón. Las primeras 48 horas de su vida son críticas. Al dejar el nido, empieza un recorrido largo y tortuoso con el objetivo de atravesar la playa para llegar al mar, buscando ponerse a salvo de depredadores así como la forma de alimentarse.
Después de varios años de flotar en el mar, las tortugas regresan a las aguas cercanas a la costa donde pasan su juventud y al llegar a la edad adulta y la madurez sexual (que alcanzan entre los 7 u 8 años), las tortugas marinas migran a un nuevo hábitat donde se cree pasan el resto de su vida, excepto durante la época de reproducción.
El apareamiento y el desove son las únicas actividades que desvían a las tortugas de su vida rutinaria y los sacan de sus sitios de alimentación. Aún no se sabe con certeza por qué las tortugas desovan en una playa especifica. Miles de tortugas nadan kilómetros para llegar a los mismos sitios de la costa donde nacieron para depositar sus huevos, y esto sólo en determinadas playas del mundo.
En mar abierto, las tortugas marinas encuentran corrientes fuertes lo que limita mucho su rango de visión; sólo pueden sacar la cabeza unos centímetros fuera del agua. A pesar de estas limitaciones, llegan a anidar a la misma playa.
Es un gran misterio cómo logran hacer esto, pero se cree que puedan detectar el ángulo y la intensidad del campo magnético de la tierra para determinar su latitud y longitud y así navegar a cualquier lugar, así llegar del nido al mar recién nacidas, etc.
Tenemos un increíble y hermoso animal que ya depende de nosotros para sobrevivir. Viene a nuestro país y debemos respetarlo, cuidarlo y protegerlo si queremos que sobreviva en este mundo dominado por el hombre, hombre que arbitrariamente está acabando con todo a su paso.
Mini invernadero casero para empezar con un huertito familiar desde la semilla. El calor que se almacena adentro y la humedad que se acumula en las paredes de la botella crean un ambiente perfecto que ayuda en la germinación de la semilla. También se protege a la plantita en sus primeras etapas de vida.
Monedero… aunque sirve para guardar cualquier tipo de cosa… se me ocurre hacer las bolsitas de dulces para las piñatas de los niños en una de estas cosas. Es fácil recortar las botellas y pegar los zippers de los dos lados. También resulta bastante económico y… obvio, ¡ecológico!
Cuerda para saltar con agarradera de botellita de plástico. Las flores (que seguramente encuentras en algún arreglo viejo de la mamá) le dan un bonito toque.
Para hacer algo como esta decoración móvil sólo se necesitan botellas de colores, tijeras y sedal (del que se usa en las cañas de pescar) para colgarlas.
Florecitas hechas con los fondos de botellas. Se le hacen hoyitos por el que se pasa algún hilo grueso y se van conectando entre si. Es mi pieza favorita. ¡Nunca me había fijado que los fondos de las botellas tenían estas figuras!
Contenedores para meter velas dentro. Se pueden rellenar los huecos con arena, piedritas de vidrio o canicas. Esto también ayuda a difundir el calor y evitar que el plástico del pedazo de la botella se queme y derrita.
Fondos de botella con foquitos de luces navideñas. El plástico se puede pintar con aerosol o dejar del propio color del plástico. Las “flores” pueden ser de diferentes tamaños.